La lámpara de mesa Karla, caprichosa pero elevada, se inspira en las formas y el movimiento del coral marino. La ingeniosa silueta presenta una paleta de colores pastel apagados con bordes ondulados y elevados que resaltan el tono natural y terroso de la cerámica. Es una declaración escultórica digna de ser exhibida en una consola o cómoda.